Enfermedades de Transmisión Sexual
Las enfermedades de transmisión sexual (ETS) o infecciones de transmisión sexual (ITS) son un problema de salud pública que afecta a millones de personas en el mundo. Estas enfermedades se transmiten por el contacto sexual con una persona infectada, ya sea por vía vaginal, oral o anal. También pueden pasar de la madre al hijo durante el embarazo, el parto o la lactancia.
Causas de las enfermedades de transmisión sexual
Las ETS pueden ser causadas por diferentes tipos de microorganismos, como bacterias, virus o parásitos. Algunas de las ETS más comunes son la clamidia, el herpes genital, la gonorrea, el VIH y sida, el VPH, las ladillas, la sífilis y la tricomoniasis. Cada una de estas enfermedades tiene sus propios síntomas, complicaciones y tratamientos.
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Síntomas
Los síntomas de las ETS pueden variar según el tipo de infección y la zona afectada. Algunos síntomas generales son:
- Llagas o verrugas en los genitales o en la boca
- Secreción anormal del pene o la vagina
- Dolor o ardor al orinar
- Picazón o irritación en los genitales o el ano
- Sangrado vaginal entre períodos o después de las relaciones sexuales
- Dolor abdominal o pélvico
- Fiebre, escalofríos o sudores nocturnos
- Erupción cutánea o ampollas en el cuerpo
Sin embargo, muchas ETS no causan síntomas o los causan muy leves. Esto hace que sea difícil detectarlas y que se puedan transmitir sin saberlo. Por eso es importante hacerse pruebas periódicas de ETS si se tiene una vida sexual activa y se cambia de pareja.
Diagnóstico
El diagnóstico de las ETS se hace mediante diferentes métodos, como el examen físico, el análisis de muestras de sangre, orina, secreciones o tejidos, o el uso de pruebas rápidas. El tratamiento depende del tipo de ETS y puede incluir antibióticos, antivirales, antiparasitarios o cremas. Es fundamental seguir las indicaciones del médico y completar el tratamiento para curar la infección y evitar que se vuelva a transmitir.
Prevención de enfermedades de transmisión sexual
La mejor forma de prevenir las ETS es tener relaciones sexuales seguras y protegidas. Esto implica usar condones masculinos o femeninos correctamente cada vez que se tiene sexo. También se recomienda limitar el número de parejas sexuales y conocer su estado de salud. Otras medidas preventivas son vacunarse contra el VPH y la hepatitis B, evitar compartir agujas u objetos cortantes y hacerse chequeos regulares de salud sexual.
Tipos de enfermedades de trasmisión sexual
Las enfermedades de transmisión sexual (ETS) son infecciones que se transmiten por contacto sexual con una persona infectada. Estas enfermedades pueden causar graves complicaciones para la salud si no se tratan a tiempo. Las causas de las ETS son las bacterias, los virus o los parásitos. Algunas de las ETS más comunes son:
– Clamidia:
La clamidia es una enfermedad de transmisión sexual causada por la bacteria Chlamydia trachomatis. Puede afectar a los genitales, el recto y los ojos. Muchas personas no tienen síntomas, pero pueden transmitir la infección a otras personas. La clamidia se puede curar con antibióticos, como la azitromicina o la doxiciclina. Es importante hacerse la prueba y tratar la clamidia para evitar complicaciones como la infertilidad o el embarazo ectópico.
– Herpes genital:
Es una infección viral que produce llagas dolorosas en los genitales, el ano o la boca. No tiene cura, pero se puede tratar con medicamentos antivirales para reducir los brotes y el riesgo de contagio.
– Gonorrea:
Por otra parte, la gonorrea es una infección bacteriana que puede afectar los genitales, el ano, la garganta o los ojos. Puede causar dolor al orinar, secreción anormal, sangrado entre períodos, dolor testicular o inflamación ocular. Puede provocar complicaciones como infertilidad, embarazo ectópico o enfermedad inflamatoria pélvica.
– VIH/SIDA:
También es una infección viral que ataca el sistema inmunológico y lo debilita. Puede causar síntomas como fiebre, sudores nocturnos, pérdida de peso, diarrea o infecciones oportunistas. No tiene cura, pero se puede tratar con medicamentos antirretrovirales para mejorar la calidad de vida y reducir el riesgo de transmisión.
– VPH:
Es una infección viral que puede causar verrugas genitales o cambios en el cuello uterino que pueden derivar en cáncer. Algunos tipos de VPH se pueden prevenir con vacunas. No tiene cura, pero se puede tratar con medicamentos o procedimientos para eliminar las verrugas o las lesiones cervicales.
– Sífilis:
Una infección bacteriana que puede afectar varios órganos del cuerpo. Tiene cuatro etapas: primaria (llaga indolora en el sitio de la infección), secundaria (erupción cutánea, fiebre, ganglios inflamados), latente (sin síntomas) y terciaria (complicaciones graves como daño neurológico, cardiovascular o cutáneo). Se puede curar con antibióticos si se detecta a tiempo.
– Tricomoniasis:
Infección parasitaria que afecta la vagina o la uretra. Puede causar flujo vaginal espumoso, maloliente y de color verde o amarillo, irritación genital, dolor al orinar o durante las relaciones sexuales. Se puede curar con antibióticos.
Conclusión:
Si se sospecha que se tiene una ETS, se debe acudir al médico cuanto antes y seguir sus indicaciones. No se debe automedicarse ni usar remedios caseros sin consultar con un profesional. Asimismo, se debe informar a las parejas sexuales sobre la situación y abstenerse de tener relaciones hasta que se confirme que la infección ha sido curada.